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José Luis Melgar rompe la creencia de que un músico cristiano es tranquilo y que habla suave y solo de Dios. Él es inquieto, vozachudo y conversa de cualquier cosa sin tapujos. Pero no es la única creencia que José Luis transgrede, pues la letra de sus canciones, 100% religiosas, no azota a los pecadores, habla de las imperfecciones del hombre; la música no suena a lamento, te alegra el alma; y rítmicamente no la  acompañás solo con palmas, hasta te incita a bailar pasos de cumbia o de reguetón.

En su octavo disco José Luis Melgar repite la fórmula, pero refuerza su mensaje. Como indica el nombre, A los pies del rey, la placa invita a ponerte de rodillas ante Dios presentándole tus debilidades, para obtener su perdón y su ayuda en la lucha diaria por no pecar. El material será presentado en mayo.

Poco antes, en abril, el músico cruceño lanzará el DVD Al abrigo del altísimo, que tendrá imágenes de grandes conciertos en los cuales se desplegaron más de 30 músicos y bailarines en escenario.

Un mensaje diferente 
“De pecador a pescador yo quiero ser para ti Señor… Yo quiero entrar al ancho mar para tus almas ir a buscar y tu palabra proclamar por el mundo entero…”, así corea De pecador a pescador, una canción cristiana, que no suena como una canción cristiana, pues la toca una orquesta con instrumentos electrónicos y la baila un grupo de danzarines al ritmo de la cumbia. ¡Seguimos alabando al Señor! ¡No se olviden de los pasos. ¡Arriba! Anima Melgar a una multitud que lo aclama, canta y baila, todo a la vez, en uno de sus tantos videos  que encontrás en YouTube.

Siguiendo esta línea, A los pies del rey tendrá 12 canciones en ska, blues, merengue y rock.

Algunos de los temas serán A los pies del rey (rock), El vino (ska), Gloria (blues) y Los hermanos foca (merengue). En este último título, el artista critica sin pelos en la lengua a aquellas personas que asisten a la misa o al culto y aplauden ante cualquier exclamación del predicador, sin entender el mensaje.

Tampoco se libran las ‘doña justas’, aquellas señoras que alardean de su religiosidad y que no son coherentes con sus actos.

Un católico a prueba de balas 
José Luis es bajo de estatura y delgado, no aparenta sus 35 años por la energía y vida que irradia. No pierde la sonrisa al recordar los tres años que vivió en la calle durante su infancia ni cómo su adolescencia transcurrió en el Hogar Santa Cruz. Cuenta sobre los robos frustrados en su época de callejero y cuando les cantaba a las parejas que comían en las pollerías de la avenida Cañoto  para ganarse el plato del día.  

“Mi cuerpo está lleno de heridas de peleas que protagonicé y de palizas que recibí. Sin embargo, en mi alma no quedan marcas”, expresa con su chispa transparente.

Él considera que la mejor ‘paga’ que recibe de su arte es la unidad familiar, la salud de su madre y la huella que deja a su paso por este mundo. No obstante, reconoce que falta apoyo económico para los músicos católicos, ya que en su caso genera ingresos con la venta de discos y no por los conciertos ni presentaciones en festivales o parroquias.

“Algunos me dicen cómo vas a cobrar por algo que Dios te dio gratis. Pero no entienden que yo no puedo entrar en una tienda a pedir que me regalen  cuerdas para guitarra ni instrumentos”, reclama.  
Actualmente José Luis se encuentra rezando y realizando las gestiones para que, una vez más, las palabras que Dios escribe a través de su puño y letra puedan ver la luz en A los pies del rey

Sus inicios 
Surgió como miembro del grupo Jachi e Toborochi, con quienes se popularizaron los temas contestatarios Bajo el cielo más puro de América (Poncho 
latino) y Cenadores con c. 

Su trayectoria 
Ha sonado en Chile, Perú, Argentina, Ecuador, Paraguay, Venezuela, México, España, Suecia y Estados Unidos. 

La producción 
Tiene siete discos de música religiosa grabados. Levantate, Siguiéndote en vivo, Señor quién puede entrar, Rescatados, Al abrigo del altísimo, Orando con el padre Mateo y Te comulgo Jesús. Los encontrás en la radio Betania, Librería Verbo Divino, Librería San Pablo y Librerías Paulinas.

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