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Como formar una comunidad de discípulos

El mejor modelo de cómo formar una comunidad de discípulos lo encontramos en los Evangelios. Jesús es el maestro que nos enseña cómo hacerlo. Los pasos de su metodología son simples y sencillos:

            1) Jesús llamó a sus discípulos en una forma muy personal. Los invitó a seguirlo, mirándolos a los ojos y  llamándolos por sus nombres.

            2) Respetó la libertad de ellos. A ninguno obligó a seguirlo. De hecho, algunos lo rechazaron. -El joven del Evangelio prefirió sus riquezas a ser discípulo de Jesús.

            3) No intentó cambiarlos inmediatamente. Los amó y los aceptó cómo eran. La transformación se fue dando en el diario convivir con Él. En este convivir diario, de observación, de escucha, de diálogo, de reproches y correcciones, ellos fueron aprendiendo poco a poco.

            4) Siempre los hizo sentirse importantes y amados. Los instruía aparte,  contestaba sus preguntas en privado, y los corregía con amor.

            5) Respetaba sus deseos,  los alentaba a seguirlos, y estaba alerta para ayudarlos si lo necesitaban. -Cuando Pedro quiso caminar, como Jesús, sobre el agua, Jesús lo animó a hacerlo. Cuando vio que se estaba hundiendo, Jesús extendió Su Mano. (Mateo 14, 22-36)

            6) También corregía sus deseos e impulsos desordenados con gran paciencia, sin sentirse frustrado, aún después de haberles enseñado ya por tres años. A Santiago y a Juan, junto con su madre, que piden el primer puesto, ocasionando disgusto y rivalidad entre los discípulos, Jesús  les explica con autoridad lo que significa seguirlo a Él. (Mt 20,24-28).

            7) Canalizaba las personalidades de cada uno. Así, usó la personalidad apasionada de Pedro para hacer de él, el gran líder de su Iglesia.

            8) Identificó  los dones de cada uno para que crecieran como personas, y enriquecieran la comunidad. Así, usó  el corazón dócil de Juan, para llenar su corazón de un gran amor por Él, capaz de seguirlo aún en la crucifixión. Usó la personalidad optimista y desprendida de Andrés para llevar a otros a Jesús, pues fue él quien invitó a su hermano Pedro a seguir al Maestro. (Juan 1:35-42)

            9) Descubrió el potencial de cada uno. Así, hizo de Mateo, el cobrador de impuestos, pegado del dinero, y odiado por los demás, el primer escritor de sus palabras y obras. Jesús sacó a flote lo mejor de él. Más tarde, Mateo usaría la  preparación que tenía en cuanto a las Escrituras Sagradas, para comprobar a través de su Evangelio, que Jesús es el Mesías prometido en el Antiguo Testamento.

            10) Entre los doce, escogió a tres, para afianzarlos más en el discipulado. Pedro, Santiago y Juan, participaron con Él en el Tabor, en la resurrección de la hija de Jairo, y en Getsemaní. Y es que en una comunidad de discípulos el líder necesita compañeros fieles que lo ayuden y lo acompañen en las buenas y en las malas.

            11) Entre los doce, también hubo un traidor. Sin embargo, Jesús no lo sacó de la comunidad. Él respetó su libertad. Fue Judas quién decidió dejarlo.

            Los Evangelios nos dan muchas más enseñanzas de cómo Jesús formó la comunidad de discípulos, para luego enviarlos a predicar la Buena Nueva, no sin antes llenarlos del Poder de Su Santo Espíritu.

            Escogió a doce para empezar la obra, y esa obra lleva ya más de dos mil años. Si nos formamos nosotros, y formamos a otros, uno a uno, poco a poco, la obra del Señor seguirá por la eternidad. Clamémosle a Él: ¡Haznos discípulos tuyos Señor. Llénanos de tu Santo Espíritu!

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